Presentación de la Decana
Como Decana de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Complutense de Madrid, te doy la bienvenida como el estudiante universitario que vas a ser en los próximos años. Estudiarás en alguno de nuestros Grados - Química, Ingeniería Química, Bioquímica o el doble Grado de Química y Bioquímica - y probablemente, continuarás con alguno de nuestros Másteres, pero ante todo vas a empezar una carrera en la Universidad que pretende, sobre todo, la búsqueda del conocimiento, tu formación investigadora, el saber analizar todo lo que te rodea con espíritu crítico y el conseguir ampliar tus horizontes profesionales.
De hecho, este año en el que me inauguro como Decana de esta Facultad, es además el Año Internacional de las Ciencias Básicas para el Desarrollo Sostenible. La Química es una de ellas, además de la Física, la Biología, la Geología, o las Matemáticas, y tiene múltiples puntos de contacto con todas ellas porque la Química es, ante todo, una ciencia multidisciplinar. De todas ellas, la Química es, particularmente, la que desempeña un papel fundamental y central en las ciencias de la naturaleza y del conocimiento, por su importancia económica y su ubicua presencia en nuestra vida cotidiana. A veces, hay tantas señales químicas a nuestro alrededor que, en muchas ocasiones, su presencia puede pasar desapercibida. Pero un mundo sin Química estaría desprovisto de teléfonos y ordenadores, fármacos, detergentes, pinturas o papel. En un mundo sin Química no habría nada… pues no existirían las moléculas.
La Química es una ciencia discreta, y muy abstracta, pero sin ella, muchas herramientas terapéuticas y materiales de propiedades espectaculares no habrían visto la luz y, por tanto, su impacto en la sociedad ha sido, es y será enorme. Sus descubrimientos durante el último siglo han revolucionado las áreas de la biomedicina, de la industria de los materiales, de la energía o de la protección del medio ambiente, por ejemplo. Mediante procesos químicos no sólo se han diseñado nuevos medicamentos sino también la forma de encapsularlos y dirigirlos de forma específica y eficiente a la célula diana; biomateriales para la industria biotecnológica, pesticidas más selectivos para la agricultura o catalizadores más eficientes. La Química incluso explica la vida o, al menos, las reacciones químicas que la sostienen.
Vuestra misión como universitarios, y como futuros químicos, debe tener un objetivo esencial por encima de todos lo demás. Dirigir la Sociedad hacia el desarrollo sostenible, la economía circular y los materiales y nanomateriales limpios y eficientes. Eso es lo que pretendemos y lo que queremos para la Química del siglo XXI. Se trata, en definitiva, de hacer realidad la frase de que el país que esté más avanzado del resto del mundo, en química, será también el primero en riqueza y prosperidad general, dicha por William Ramsay, premio Nobel de Química en 1904 que descubrió el helio, el neón, el kriptón, el xenón y el argón, es decir, casi todos los gases nobles.
La razón de que estén adscritos tres Grados como los de Ingeniería química y Bioquímica, a nuestra Facultad tiene toda su lógica, ya que la Ingeniería Química va a trabajar sobre los materiales y procesos químicos, optimizándolos y escalándolos, y la Bioquímica es la ciencia que estudia la base química de las moléculas que componen las células y los tejidos de los seres vivos, que catalizan tanto las reacciones químicas del metabolismo celular, así como la transmisión de los impulsos nerviosos o la inmunidad, entre otros muchos procesos. Y, precisamente por la estrecha relación entre ambas disciplinas, la Química y la Bioquímica, se ha hecho necesario diseñar un doble grado, que está vigente en nuestra Facultad desde hace cuatro años.
Pero el poder y la utilidad de la Química se extiende aún más allá, porque ayuda a restauradores de obras artísticas a comprobar la falsedad de una pintura, a la policía científica a identificar a los culpables de un delito, analizando las muestras recogidas en el “escenario del crimen”, y a los grandes cocineros a reproducir las reacciones químicas que se llevan a cabo en nuestros laboratorios en sus cocinas para crear platos que cautiven nuestro paladar.
La fuerza creadora de la Química se manifiesta produciendo moléculas y materiales totalmente nuevos, que no existen en la naturaleza, mediante combinaciones de átomos y estructuras inéditas e infinitamente variadas. Debido a esta capacidad de diseñar nuevas formas y funciones, la Química guarda una cierta semejanza con el arte. Al igual que el artista, el químico plasma en la materia el producto de su imaginación. De la misma forma que el escritor, el compositor y el pintor utilizan palabras, notas y colores para sus obras, el químico crea moléculas originales y materiales nuevos con propiedades diferentes a partir de los elementos químicos que componen la materia.
Como dijo Jean-Marie Lehn, especialista en Química supramolecular y Premio Nobel de Química en 1987: “Lo propio de la Química no es solamente descubrir, sino también inventar y, sobre todo, crear. El Libro de la Química no es tan sólo para leerlo, sino también para escribirlo. La partitura de la Química no es tan sólo para tocarla, sino también para componerla”.
Bienvenidos todos a escribir y componer vuestro propio libro y vuestro futuro.
Mª Teresa Villalba Díaz
Decana